17 de diciembre de 2007

Versos de Tai Chi

El maestro lavó sus manos en la luz
así las dejó limpias y puras
con ellas construyó en el espacio vacío
una obra de arte intangible
ahora yo la toco a medida que realizo
mi danza milenaria.


Mis manos hacen olas de luz
que van a la playa que es el infinito
y regresan a mi interior que también es infinito.


Con mi mano como con una brocha
voy pintando el espacio vacío
no con pintura sino con luz desnuda
y lo que se va hermoseando no es el espacio
sino mi interior infinito.


Mis movimientos me van desarmando
tal como un viejo guerrero
que se va sacando la armadura
porque ha renunciado a la guerra.


Mi danza es muy suave y lenta
porque la hago a la orilla del abismo
que es la ausencia de paz.


Con movimientos ondulantes
avanzanzando y retrocediento en distintas direcciones
me acerco al centro de la vida en línea recta.

Osvaldo Ulloa Sánchez, profesor universitario y poeta.

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