27 de enero de 2008

VI. La Visión de Cristo (1)

El ego esta tratando de enseñarte como ganar el mundo y perder tu alma.

El espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que ganar en el mundo, pues, de por sí, no da nada.

Invertir sin recibir beneficios es sin duda una manera segura de empobrecerte, y los gastos generales son muy altos.

No solo no recibes ningún beneficio de la inversión, sino que el costo es enorme.

Pues esta inversión te cuesta la realidad del mundo al negar la tuya, y no te da nada a cambio.

No puedes vender tu alma, pero puedes vender tu conciencia de ella.

No puedes percibir tu alma, y no la podrás conocer mientras percibas cualquier otra cosa como más valiosa.

El Espíritu Santo es tu fortaleza porque solo te conoce como espíritu. El es perfectamente consciente de que no te conoces a ti mismo y perfectamente consciente de como enseñarte a recordar lo que eres.

Puesto que te ama, te enseñara gustosamente lo que Él ama, pues su voluntad es compartirlo.
Dado que se acuerda de ti continuamente, no puede dejar que te olvides de tu valía.

Pues el Padre jamas cesa de mantener vivo en Él el recuerdo de Su Hijo y el Espíritu Santo jamas cesa de mantener vivo en el Hijo recuerdo de su Padre.

Dios está en tu memoria por causa de Él.
Tu decidiste olvidar a tu Padre, pero eso no es realmente lo que quieres hacer, y por lo tanto, puedes decidir de otra manera.

Y tal como yo decidí de otra manera, tu también puedes hacerlo.

C:12:1,2

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