8 de febrero de 2008
Versos de Tai Chi
Mis movimientos lentos y suaves
van desenrrollando esa madeja
de sentimientos y pensamientos
que soy yo.
Mi cuerpo se mueve lento
toma distintas posiciones
cada una repite la forma de un árbol diferente
más tarde cuando quedo quieto
siento la paz del que plantó un bosque.
Con mis manos vacías
jalo una cuerda inmaterial
y así poco a poco voy trayendo hacia mí
el centro del universo.
Como las aspas de un molino de viento
muy lentamente muevo los brazos
el viento que los impulsa
viene del vacío
por eso es sólo un viento que sólo en el alma siento.
Tomo entre las manos
un sol brillante
y retrocedo como si él me empujara
hacia mí mismo.
Con mis manos desnudas
tomo la luna llena
la coloco frente a mi corazón
y ella provoca marejadas de luz blanca
que se levantan hacia una paz sin fronteras.
Voy sembrando el vacío con movimientos
que florecen en una luz
ella ilumina toda la sangre de mi cuerpo
y la transforma en luz.
voy sembrando el vacío con movimientos
y la cosecha soy yo mismo
viviendo la claridad del instante.
Al fin logra el milagro
de alcanzar una estrella inalcanzable
un asterisco de luz de oro
pero al encerrarla en su puño
se convierte en agua y se escurre.
Ese hombre no tenía tovadía tan puro su corazón.
Osvaldo Ulloa Sánchez, profesor universitario y poeta.
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