27 de febrero de 2008

Siete Sermones a los Muertos

Jung publicó los "Septem Sermones ad Mortuos" ("Siete sermones [palabras] a los muertos") como opúsculo en una edición privada. Lo regalaba en ocasiones a sus amigos. En la librería no podía adquirirse.

El lenguaje corresponde aproximadamente al del "Rotes Buch".

Frente a las inacabables conversaciones con figuras internas en el "Rotes Buch" los "Septem Sermones ad Mortuos" representan un todo encerrado en sí.

Por ello se eligieron como ejemplo.

Transmiten una impresión, aunque fragmentaria, de lo que preocupó a Jung mientras transcurría paralela la Primera Guerra Mundial y lo que entonces creó.

El escrito contiene indicaciones plásticas o procesos de ideas que posteriormente desempeñaron una función en la obra científica de Jung, particularmente la naturaleza contradictoria del espíritu, de la vida y de la expresión psicológica.

El pensamiento en paradojas es lo que Jung tomó de los gnósticos (principios del s. II de nuestra era) y se mantuvo en esta terminología en parte, por ejemplo, Dios como ABRAXAS.

Esto correspondía a una mistificación reflexiva e intencionada. Jung dio su permiso para la publicación en su libro de memorias después de dudar y sólo "en aras a la honradez".

Pero no permitió que se publicara la solución del anagrama que se encuentra al final del 7º Sermón.

VII SERMONES AD MORTUOS:

Las siete enseñanzas de los muertos. Escritas por Basílides de Alejandría, la ciudad en que Oriente linda con el Occidente.

Los muertos regresaron de Jerusalén, donde no hallaron lo que buscaban.

Me pidieron permiso para entrar y solicitaron enseñanza de mí y así yo les enseñé: Oíd: yo comienzo en la nada.

La Nada es lo mismo que la Plenitud. En la infinitud hay tanto lleno como vacío.

La Nada es vacía y llena. Vosotros podríais igualmente decir otra cosa de la nada, por ejemplo que es blanca o negra, o que no existe o que existe.

Lo infinito y eterno no tiene propiedades porque tiene todas las propiedades. La Nada o lo Pleno lo llamamos nosotros PLEROMA.

Ahí dentro se deja de pensar y de existir, pues lo infinito y eterno no tiene propiedad alguna.En él no existe nadie, pues entonces se distinguiría del Pleroma y tendría propiedades que le diferenciarían como algo del Pleroma.

En el Pleroma es nada y todo: no es posible pensar sobre el Pleroma, pues ello significaría diluirse a sí mismo.

La CREATUR no es en el Pleroma sino en sí.El Pleroma es principio y fin de la Creatur. Atraviesa por ella y por entre ella, como la luz del sol penetra el aire por todas partes.

Aunque el Pleroma la penetra totalmente, la Creatur no tiene, sin embargo, parte alguna en ello, del mismo modo que un cuerpo completamente transparente no deviene claro ni oscuro por la luz que le atraviesa.

Pero nosotros mismos somos el Pleroma, pues somos parte de lo eterno e infinito. Pero no tenemos participación en ello sino que estamos distanciados del Pleroma infinitamente, no espacial o temporalmente sino ESENCIALMENTE, en cuanto nos diferenciamos en esencia del Pleroma como Creatur, que está limitada en el espacio y en el tiempo.

Sin embargo, en cuanto somos parte del Pleroma, también el Pleroma está en nosotros. Incluso en el punto más pequeño el Pleroma es infinito, eterno y completo, pues pequeño y grande son propiedades que están contenidas en él.

Es la Nada que es en todas partes total e inevitable. Por ello hablo yo de la Creatur como una parte del Pleroma sólo a modo de imagen, pues el Pleroma no está realmente dividido en ningún aspecto, pues es la Nada.

Nosotros somos también todo el Pleroma, pues, a modo de imagen, el Pleroma es el punto más pequeño sólo apuntado, no existente, en nosotros y la infinita bóveda del mundo que está a nuestro alrededor.

¿Por qué, sin embargo, hablamos del Pleroma en general, si es todo y nada? Hablo de ello por empezar en algún sitio, y para desengañaros de que en algún sitio, fuera o dentro, exista algo determinado de antemano fijamente o de algún modo.

Todo lo denominado fijo o determinado es sólo relativo. Sólo lo que está arrojado al cambio es fijo y determinado. Pero lo cambiable es la Creatur; es, pues, ella lo único fijo y determinado, pues tiene propiedades, ella misma es Propiedad.

Planteamos la cuestión: ¿Cómo surgió la Creatur? Las criaturas han surgido, pero no la Creatur, pues es la propiedad del Pleroma mismo, como también la no-creación, la muerte eterna.

Creatur existe siempre y en todas partes, Muerte existe siempre y en todas partes. El Pleroma lo tiene todo, diferenciación e in diferenciación. La diferenciación es la Creatur. Es diferenciada. Diferenciación es su esencia, por ello se diferencia ella también.

Por ello se diferencia el Hombre, pues su esencia es diferenciable. Por ello diferencia él también las propiedades del Pleroma que no existen. Las diferencia a partir de su esencia. Por ello el Hombre debe hablar de las propiedades del Pleroma, que no existen.

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